¿pasó un versito volando?
    ¿o fue una gaviota
?
    Cacaso

Algoritmos: una nueva mirada por Regina Célia Pinto
Traducción de Ana Maria Uribe

Los artistas franceses que componen Paris Connection (Antoine Schmitt, Frédéric Durieu, Jean-Jacques Birgé, Jean-Luc Lamarque, Nicolas Clauss y servovalve) crean obras multimediales para Internet, CD-Rom o exposiciones, mediante algoritmos, códigos y lenguaje de programación. Muchas veces tales creaciones, además de provocar un enorme impacto visual, auditivo y estético, posibilitan la acción y la interacción del espectador. En este caso, las experiencias frente a las posibilidades que cada creación pone a nuestra disposición frecuentemente se tornan más importantes que cualquier producto final que se cree en este proceso.

Observando cuidadosamente sus creaciones o traduciendo al portugués sus entrevistas con el canadiense Jim Andrews, lo que trasciende de inmediato, además de la contemporaneidad, es la cultura francesa y su sintonía con las grandes transformaciones colocadas a lo largo de la historia para la condición humana. Resulta interesante entonces volverse al pasado y establecer paralelos, principalmente si lo hacemos a través de la gastronomía francesa, que por su excelencia constituye una tradicional y refinada aventura que acompaña toda y cualquier actividad cultural de Francia.

1 - Obertura: Giverny: Soupe à l'oignon et Veuve Cliquot. El Arte y la Ciencia en el paso del siglo XIX al XX, en Francia

El daguerrotipo, fabricado por Daguerre, pintor y decorador de teatro, hizo que la imagen occidental entrara en la nueva era mecánica. El daguerrotipo ya era una tecnología. En este sentido, el día 18 de agosto de 1839 no fue una fecha, sino el comienzo de una era. En él se inauguró la larga transición de las artes plásticas hacia las artes e industrias visuales. Ese día se tornó pública la invención de este nuevo instrumento para el estudio de la Naturaleza. La sesión tuvo lugar en la Academia de Ciencias y no en la de Bellas Artes. Ante los ojos de la mayoría, el invento no pasaba de ser un utensilio, un auxiliar del trabajo científico, puesto a disposición de los astrónomos, botánicos y arqueólogos. Por su parte, Delaroche, pintor de batallas en la cúspide de su carrera, salió de la sesión exclamando: A partir de hoy, la pintura murió.

Sin embargo, lo que surgió fue la pintura moderna, que nace en Francia hacia 1870-1880, como una revolución simbólica, un trabajo de conversión colectiva, iniciado por los impresionistas y sumamente necesario para crear el mundo nuevo del que nuestra propia mirada fue el producto.
En este aspecto podemos decir que el nenúfar - la flor que pasa la noche bajo el agua y con cada aurora renace con la luz - fue un instante de ese mundo. El nenúfar, a través de Monet, se convirtió en la flor propia del impresionismo. Fue un amanecer de los ojos, o de una nueva mirada.

Se terminaron los tiempos singulares en los que Monet frecuentaba locales simples que servían sopa de cebolla. Al fin, ya había pasado mucho tiempo desde la "fundación" por Geffroy y Monet de su Dîner Drouant de los viernes, mientras Mallarmé, Georges de Bellio y Renoir se encontraban el primer jueves de cada mes en el Café Riche. Ahora son convidados de la mesa de Giverny los amigos de Monet de los tiempos difíciles: Renoir, Sisley, Pissarro, Cézanne, Mallarmé...

2 - Tema y variaciones: Le Cru et le Cuit et la Soupe Chinoise. El Arte y la Ciencia en el paso del siglo XX al XXI, en Francia

En el prólogo del libro Lo crudo y lo cocido, Claude Lévi-Strauss demostró que, entre las artes, la música es la que más se parece a una ciencia, siendo al mismo tiempo fuente de emociones incomparables. Dice que la naturaleza ofrece espontáneamente a la pintura todos los modelos y colores y, a veces, hasta la misma materia en estado puro, mientras que la música recorre un camino exactamente inverso, pues el conjunto sobre el cual opera es de orden cultural: la mayoría de los sonidos musicales no habría existido si el hombre no los hubiera inventado. Además, afirma que no es posible establecer un paralelo entre determinada tendencia de pintura figurativa moderna y el arte caligráfico chino, pues en el primer caso las formas que el artista recorre no existen en otro plano, mientras que el arte de la caligrafía, por el contrario, descansa enteramente en un grafismo o conjunto de signos previamente existente.

¿Qué pensaría el sabio antropólogo francés frente al arte basado en algoritmos, códigos y lenguaje de programación de los artistas de la actual Paris Connection? ¿Diría que es el arte de la música el que más se parece a una ciencia? ¿En qué categoría colocaría este arte que es esencialmente programación, código, conjunto de signos previamente desplegado? ¿Sería una casualidad que Jean-Jacques Birgé, el músico que se dice autor de una de las mejores sopas chinas de París y el único de los artistas que no programa, asuma muchas veces una posición de liderazgo? Él mismo trata de explicarlo: ... poseo una casa grande con jardines donde frecuentemente invito a cenar o a ver una película en pantalla ancha, o también a proyectar nuestras pequeñas cosas. Además, poseo centenares de libros, videos, discos, CD-Roms, etc., y tengo fama de cocinar una de las mejores sopas chinas (1) que puedan encontrarse en París, especialmente porque nunca cocino dos veces de la misma forma. ¡Yo también improviso cocinando! ¿Serán coincidencias?

Este grupo de artistas franceses y sus intrigantes creaciones hacen que nuestro pensamiento se pregunte: ¿Estarán ellos produciendo un nuevo amanecer de los ojos o una nueva mirada hacia el Arte? ¿Una mirada compleja, eminentemente activa, interactiva o científica?


Nota:

(1) Interrogado por mí acerca del algoritmo de su sopa china, Jean-Jacques Birgé respondió con mucho humor:
La sopa china es mucho más complicada que un simple algoritmo, aunque sea muy complejo. Es necesario contar con una cincuentena de ingredientes para poder improvisar frente a la cacerola. Encuentro especias, carnes, pescado, legumbres, hierbas, granos, flores, pimientas, etc., en las tiendas parisinas de Chinatown. Otro viajecito a Asía, a las regiones distantes de Vietnam del Norte o hasta Japón, y listo. No tardo más de 15 minutos para servir la sopa, pero me llevará toda una vida conocer sus secretos. Porque la programación es un juego de niños. ;o)

Bibliografía:

  • BACHELARD, Gaston. O direito de sonhar. San Pablo, DIFEL, 1985
  • BOURDIEU, Pierre. O poder simbólico. Río de Janeiro, Editora Bertrand Brasil, 1989
  • DEBRAY, Régis. Vida e morte da imagem: uma história do olhar no occidente. Petrópolis, RJ, Vozes, 1993
  • JOYES, Claire. A mesa com Monet. Río de Janeiro, Salamandra, sin fecha
  • LÉVI-STRAUSS, Claude. O cru e o cozido. San Pablo, Brasiliense, 1991
Algoritmos: una nueva mirada por Regina Célia Pinto
Traducción de Ana Maria Uribe
 
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Co-publicado febrero de 2003, Nueva York, Río, Berlín, Toronto